Seguimos reseñando las claves de las series de esta década, tan trascendental para la televisión en particular y el audiovisual en general. Tras hablar de gays y mujeres, hoy terminaremos nuestro repaso a la construcción de personajes de las series de esta década con modelos masculinos alejados del “patriarcado audiovisual”, con la presencia de nuestras ficciones favoritas en la Universidad y alabando brevemente la calidad técnica de nuestros capítulos favoritos.
Y los chicos también pisan fuerte
Los valores de la juventud, la amistad y el sexo están presentes en Entourage, la serie de la HBO sobre un grupo de jóvenes triunfadores que viven en el Hollywood más lujurioso y divertido. Unos personajes muy complejos psicológicamente hablando muestran un modelo de masculinidad totalmente diferente a lo visto hasta ahora los productos audiovisuales. De los clásicos “machitos” o héroes sempiternos se pasa a hombres que sufren, aman, ríen o lloran. Que ríen, en definitiva.
Y esa complejidad también la vemos a la máxima potencia en ese personaje tan profundo y contradictorio en su interior como es Gregory House (Hugh Laurie) en House MD. Egocéntrico, narcisista, chulo... Pero es mucho más que lo que muestra la fachada externa. El modelo del patriarcado ya está obsoleto.
Los personajes masculinos complejos que ha parido la televisión durante esta década no terminan aquí. No hemos de olvidar los cirujanos plásticos que cada semana nos escandalizan en Nip / Tuck o los dos hermanos que regentan una empresa de pompas fúnebres (Peter Krause y, sobre todo, Michael C. Hall) en Six Feet Under. Seguimos con el profesor de química de Breaking Bad; los triunfadores en el trabajo pero con una vida desastrosa en Big Shots o el psiquiatra inmerso en una crisis de media edad (Hank Azaria) de Huff.
Las series de televisión, a la Universidad
Pueden ser parte del temario de una asignatura cuatrimestral –a mí me tocó estudiar algunas el curso pasado- o anual, de cursos monotemáticos o de investigaciones intelectuales. Tesis doctorales, publicaciones en revistas, ediciones de libros... Da igual. El caso es que nuestras series favoritas han saltado a los despachos universitarios mediante sesudas reflexiones sobre sus personajes o tramas. ¿Qué hemos de concluir? Que la televisión, el producto generado por la industria del entretenimiento, ya no se mira con desprecio y puede ser tan “admirado” como una obra literaria o un hallazgo arqueológico. Los Cultural Studies tienen buena parte de la culpa. Y ese gran salto se ha desarrollado en estos diez años. ¿Cuántas interpretaciones se habrán podido hacer ya de The Sopranos?
Factura impecable
Y para terminar, algo breve. Hay que destacar de las series de esta década el mimo y el cuidado que se prestan no sólo al guión –lean más arriba: cuando se analizan tramas o construcción de personajes, por algo será-, sino también al montaje, a los movimientos de cámara, a la fotografía... Presupuesto a raudales. Recordemos que lo que finalmente nos atrae para ver una de estas series es la historia, su capacidad de conmovernos –bien sea riendo, llorando, gritando de terror...-, pero no por ello se han de descuidar los aspectos técnicos -y por eso nosotros hemos de destacarlo desde TVlia-. Nuestros ojos y nuestros oídos nos lo agradecerán.
Foto: Mental Defective